La periodoncia es una disciplina odontológica que se ocupa de la prevención y tratamiento de las afecciones relacionadas con los tejidos que rodean a los dientes, como las encías, el ligamento periodontal, el hueso alveolar o el cemento radicular.
La acumulación de bacterias es la principal causa de las lesiones periodontales y deben ser tratadas cuanto antes para evitar complicaciones y la posible pérdida de alguna pieza dental. En este post vamos a contarte todo lo que debes saber sobre la periodontitis, su origen, tratamientos y prevención para que tengas toda la información necesaria.
Qué es la periodoncia
La periodontitis o enfermedad periodontal es una enfermedad peligrosa porque sus síntomas, en principio no son fácilmente perceptibles, y destruye poco a poco las encías y el hueso de sujeción de los dientes. Es una afección que pasa por distintas fases y resulta esencial poner remedio cuando no aún no está muy avanzada. Podemos distinguir dos tipos de enfermedad periodontal: gingivitis y periodontitis. Vamos a ver las dos con más detalle.
Gingivitis
Es la primera fase de la enfermedad periodontal. Comienza con la acumulación de placa bacteriana en los dientes y encías. Si no se elimina correctamente esta placa, comienza a solidificarse y se transforma en sarro. Éste empieza a irritar e inflamar las encías provocando un enrojecimiento y posible sangrado en la zona. Esta fase de la enfermedad es completamente reversible. Tan solo hay que eliminar la placa bacteriana con la ayuda de un profesional. Si la placa continúa creciendo la enfermedad pasa a la siguiente fase, que es la periodontitis.
Periodontitis
Se trata de una enfermedad más grave y, lo que es peor, irreversible. Según la Organización Mundial de la Salud afecta entre un 15% y un 20% de los adultos entre 35 y 44 años. Su principal característica es que es uno de los principales motivos de pérdida de piezas dentales en adultos, aunque también puede ocurrir en la adolescencia.
La periodontitis también está relacionada con enfermedades sistémicas, sobre todo cardiovasculares, como por ejemplo, cardiopatías, endocarditis bacteriana, insuficiencia coronaria, etc. Esto ocurre porque las bacterias de la cavidad bucal, cuando llegan al torrente sanguíneo, pueden alojarse en los tejidos cardíacos y provocar importantes daños.
La periodontitis puede estar relacionada con otras patologías, como trastornos cerebrales, afecciones respiratorias, algunos tipos de diabetes, afecciones renales o posibles complicaciones en el embarazo.
Causas y prevención de la periodontitis
El estilo de vida de la persona es muy importante a la hora de prevenir la periodoncia. El consumo de alcohol, el tabaco, la falta de ejercicio y una dieta poco saludable son factores de riesgo importantes a la hora de desarrollar la enfermedad periodontal.
El tabaco, por ejemplo, incide directamente en una cicatrización más lenta de los tejidos y permite un desarrollo más rápido de la enfermedad. Por tanto, su consumo está totalmente desaconsejado.
La predisposición genética también es otro motivo a tener en cuenta a la hora de desarrollar una periodontitis. Si además el paciente es fumador y no lleva unos hábitos de vida saludables, la probabilidad de padecer una enfermedad periodontal se multiplica.
Otro factor de riesgo a tener en cuenta, y quizá de los más importantes, es el hecho de adoptar unos hábitos de higiene oral adecuados. Si la persona tiene algún problema de malposición dental, como un apiñamiento o dientes torcidos, puede dificultar la eliminación de bacterias de los dientes y tejidos blandos, por lo que aumenta el riesgo de padecer una patología periodontal.
Tratamiento de enfermedades periodontales
El tratamiento de este tipo de afecciones varía dependiendo de la fase en que esté. El especialista será el encargado de examinar al paciente y decidir el tratamiento más adecuado para remitir la enfermedad.
Si se encuentra en la fase de gingivitis, se llevará a acabo una profilaxis profesional por parte de un odontólogo o un higienista dental. Con este procedimiento se eliminan todas las bacterias acumuladas entre los dientes y en las encías. Como todavía no hay una placa bacteriana potente, una limpieza profesional bastará para evitar mayores complicaciones.
Cuando la afección está ya en fase de periodontitis, el tratamiento se divide en dos fases. En la primera, se procede a eliminar la placa bacteriana con otros procedimientos como el raspado y alisado radicular. Si la periodontitis está muy avanzada se accederá a las bolsas periodontales profundas mediante cirugía.
En determinados casos, es posible que sea necesaria la aplicación de técnicas de regeneración ósea si el paciente tiene poco hueso o es de baja calidad. En el caso de las encías retraídas también podría llevarse a cabo injertos si fuera necesario para cubrir la zona que se ha perdido.
Como vemos, hay una amplia variedad de tratamientos según el grado de la enfermedad. Estos últimos solo se aplican cuando la periodontitis se encuentra en fases muy avanzadas, pero lo habitual, si el paciente visita al dentista como mínimo una vez cada seis meses, es que el profesional detecte cualquier anomalía relacionada con las encías y ponga remedio inmediatamente.
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